La
idea que tenemos sobre la sexualidad determina la manera individual
de relacionarnos con la misma. Para el hombre y la mujer la
sexualidad abarca muchas áreas de su vida gestionadas de forma
distinta.
La
sexualidad es una de las áreas importantes de nuestra vida y, por
ello, se ve afectada muy a menudo por problemas sexuales tanto de
cuestiones físicas, psicológicas y emocionales. El objetivo de la
terapia sexual es tratar y resolver cualquier problema que la persona
tenga relacionada con su sexualidad. Para ello, se trabajan muchos
aspectos de la vida del paciente, como sus creencias sobre el sexo,
la educación sexual, traumas pasados, abusos sexuales, el entorno y
relaciones en el trabajo, la sexualidad propia y con su pareja y en
general cualquier tema que pueda haber ocasionado un problema sexual,
como pueden ser la manera de relacionarse con los otros.
Aceptar
que existe un problema es el primer paso hacia una salud sexual y
general. Negar algo que está aconteciendo repetidas veces, forma
parte de la propia enfermedad.
Los
trastornos sexuales son en su mayoría provocados por problemas
psíquicos que se ponen de manifiesto en inhibiciones sexuales tales
como falta de deseo, problemas de erección, eyaculación precoz,
falta de eyaculación, falta de sensación de placer en el orgasmo,
desviaciones respecto al fin sexual o al objeto, frigidez, vaginismo,
etc.
La
terapia sexual trata cualquier perturbación de la función sexual
normal. En la terapia se trata de conseguir una buena educación
sexual, la cual proporciona salud mental.
¿En qué casos conviene acudir a terapia sexual?
Según
los estudios, aproximadamente el 20% de los hombres no están
satisfechos con su vida sexual y solo un 30% de las mujeres afirma
estarlo. A pesar de ello, solamente un tercio de las personas
afectadas busca ayuda psicológica especializada a pesar de que
los beneficios de la terapia sexual están más que demostrados.
Algunas
de las situaciones que se tratan en las terapias sexuales son las
siguientes:
-
Impotencia
psíquica ¿cómo identificar el problema?
-
El
restablecimiento del deseo sexual.
-
Gestionar la
angustia sexual.
-
Quiero y no puedo
mantener relaciones sexuales.
-
Fijación del
deseo sexual. Siempre de la misma manera.
-
Comunicación
sexual: base para resolver los problemas sexuales.
-
Orientación
sexual.
Impotencia psíquica ¿cómo identificar el problema?:
La
impotencia psíquica es uno de los motivos más frecuentes de
consulta.
Suelen ser personas de naturaleza intensamente
libidinosa y se manifiesta en que los órganos genitales no responden
frente al acto sexual.
En
muchos casos la inhibición sólo se produce con una persona
determinada y nunca con otras.
Surge
como un obstáculo interior, pero a la persona que la padece, no le
es posible adivinar en qué consiste tal obstáculo interno ni qué
cosa o cualidad del objeto sexual, de la pareja, es la que lo
provoca.
Para
evitar el sufrimiento, puede llegar incluso a no realizar el acto
sexual, a evitarlo. Se manifiesta en muchos casos, no solo como
impotencia sexual sino, también, como una imposibilidad a la hora de
realizar diferentes actividades de su vida, tanto en las relaciones,
como en el trabajo, en los estudios, etc…
La
terapia sexual es de gran eficacia en el tratamiento de la impotencia
psíquica en cualquiera de sus formas (falta de deseo, problemas de
erección, eyaculación precoz, falta de eyaculación, falta de
sensación de placer en el orgasmo, desviaciones respecto al fin
sexual o al objeto, frigidez, vaginismo, etc.)
El restablecimiento del deseo sexual:
El
deseo es motor de la vida, desear y sentirnos deseados es fundamental
para todos. El deseo ha de permanecer en movimiento constante y se va
enlazando a los diferentes objetos, proyectos, personas, etc, que se
presentan en el transcurso de la vida, haciendo despertar nuestro
interés sobre ellos.
El
deseo sexual elige a la persona con la que quiere satisfacer sus
fines eróticos.
Cuando
la libido, es decir, la energía sexual, está desviada o puesta en
otro lugar, es decir, desviada del fin sexual, es cuando decimos que
se produce falta de deseo o desinterés sexual.
Por
ejemplo, una pareja que discute constantemente y que ha dejado de
mantener actividad sexual hace ya largo tiempo, por falta de deseo o
insatisfacción sexual, ha puesto todo su deseo en discutir,
provocando agresiones verbales y sintiéndose siempre a la defensiva.
En
estos casos el tratamiento consigue el restablecimiento del fin
sexual orientándolo hacia la satisfacción sexual, consiguiendo que
la sexualidad vuelva a su estado normal y haciendo que disminuyan,
considerablemente las peleas o que desaparezcan.
Gestionar la angustia sexual:
“La
existencia de una relación de la inhibición con la angustia salta
en seguida a la vista. Algunas inhibiciones son evidentemente
renuncias a la función a causa de que durante su realización
surgiría angustia.”
Muchas
inhibiciones sexuales están relacionadas con la angustia, evito las
relaciones sexuales porque su realización me provoca angustia, a
veces, surge la angustia solo con fantasear mantener un encuentro
sexual.
En
muchos hombres aparecen actos obsesivos que les previenen de la
realización del acto sexual, a través de ciertos miedos, pero en
realidad de lo que se protegen es de sentir angustia.
El
motivo más frecuente de consulta es la angustia. Muchas veces cursa
con el ataque de angustia clásico, conocido por todos, pero en otras
ocasiones se pone de manifiesto como inhibición sexual.
La
terapia sexual es la más oportuna para el tratamiento de la angustia
y de todos los trastornos sexuales.
Quiero y no puedo mantener relaciones sexuales:
Si
quieres y no puedes, te podemos ayudar.
La
sexualidad es un concepto de gran amplitud. La sexualidad desde el
punto de vista psicológico engloba muchas áreas de nuestra vida.
Todo
lo genital es sexual, pero que no todo lo sexual es genital.
La
idea que se tiene sobre la sexualidad determina la manera de
relacionarnos con la misma.
Hablar
también forma parte de la sexualidad. Permitir la conversación,
tolerando las diferencias, no queriendo tener razón, sin imponer una
manera de pensar ayuda a mejorar las relaciones sexuales.
Los
prejuicios que se van forjado durante la vida aprendidos en la
familia, por la educación, la religión o la sociedad, en muchos
casos, dificultan e impiden tratar la sexualidad como una necesidad
normal humana. Caricias, besos, palabras, miradas, tocamientos están
dentro del marco normal sexual.
Mantener
relaciones sexuales de forma satisfactoria aporta salud a la vida y a
la relación de pareja.
Una
terapia sexual cuando surge una imposibilidad psíquica ya sea por
motivaciones internas o externas a uno mismo, mejora la vida sexual y
la vida en general.
Fijación del deseo sexual. Siempre de la misma manera:
La
fijación del deseo sexual a un objeto concreto o que, para llevar a
cabo el fin sexual, sea necesario que aparezca en la escena un
elemento que si falta impide la realización, es una limitación a la
hora mantener relaciones sexuales.
Las
desviaciones sexuales pueden tratarse en la terapia sexual, en el
transcurso de la misma acontecen los motivos por los que ha de ser de
esa manera concreta y no de otra. Tratar este tipo de desviaciones
terapéuticamente, permite la desvinculación a prácticas sexuales
muy limitantes y, en algunos casos, poco habituales.
El
ser humano goza de cualquier manera, pero no cualquier manera es
productiva y saludable, según para quien.
La terapia sexual, en
estos casos, consigue abrir nuevos caminos al goce, transformando la
manera de gozar en una más abierta.
Comunicación sexual: base para resolver los problemas sexuales:
La comunicación en
la pareja es fundamental para que el vínculo se mantenga y
no se pierda la confianza. No tienes porqué compartir absolutamente
todo, pero en el sexo las opiniones del otro son una valiosa fuente
de información y lo recomendable es escucharlas.
Si
tienes o tenéis algún problema, además de con tu pareja, la ayuda
de un terapeuta sexual especializado te ayudará y os ofrecerá
posibles soluciones, partiendo de la base del problema que lo haya
ocasionado.
Con
la terapia de pareja, se consigue mantener una buena comunicación
sexual, tratando los problemas de pareja que pueden haber derivado en
la insatisfacción sexual.
Con
este tipo de terapia de ayuda profesional logramos ver nuestra
sexualidad como algo normal para hablar con nuestra pareja,
normalizando por ejemplo la ausencia de orgasmo, el dolor coital,
disfunciones sexuales como la disfunción eréctil, eyaculación
retardada, incluso habilidades sexuales para mantener la erección
durante el acto sexual o qué nos produce excitación sexual.
Orientación sexual:
Por
otro lado, si eres una persona cuya orientación sexual o tu forma de
entender y sentir el género, se aleja de los estándares impuestos
por la sociedad que te rodea, quizás necesitas un proceso
terapéutico para que un profesional con experiencia y formación te
acompañe desde una mirada más cercana, comprensiva y empática,
escuchando tus miedos desde el respeto y entendimiento.